Crítica: Unicorn wars

La nueva película de Alberto Vazquez llega con ositos, unicornios y sangre.
“Ser segundo es ser el primero entre los perdedores”

Si algo les faltaba a este universo, es una película animada sobre unicornios que pelean a muerte contra unos agrandados, pero amorosos, ositos cariñosos. La obra española-francesa llega de la cabeza de Alberto Vázquez, famoso por dejar atónitos a varios espectadores con sus cortos animados “Decorado” y “Homeless Home”. Sin embargo, su manifestación más fuerte fue su agridulce ópera prima “Psiconautas” donde un pequeño niño pájaro adicto a los drogas no podía dejar su pasado.

El realizador español vuelve a tocar temas ondas y profundos en una versión animada de “Apocalipsis Now”, algo inusual en el medio animado occidental que no acostumbra tocar temas bélicos en sus realizaciones. En ella veremos cómo un grupo de ositos son reclutados y entrenados para combatir su mayor amenaza en la vida: los bellos y armoniosos unicornios. En el día a día de estos adorables personajes veremos su matices y contradicciones. En especial en la dupla de hermanos Azulín y Gordi, los grandes contrastes de la película. Mientras Azulin se preocupa por su propio ego y destrozar a cualquier ser que este adelanten en su camino, Gordi es un ser altruista, con capacidad de amar a todos como son, incluso a aquellos ositos que no lo tratan tan bien (cof, cof, su hermano).

A ese dúo se le suma un inexperto grupo de reclutas que además de jóvenes son liderados por un coronel y un cura. Este rejunte discriminado deberá entrar al Bosque Mágico y poner su peso en la balanza para cambiar el rumbo de la guerra que no les parece favorable. Durante el viaje descubrirán el verdadero terror de la guerra, sufrirán consecuencias física y morales. Y la división entre Azulín y Gordi será una realidad.

Vázquez sabe orquestar a su equipo. Con una combinación extraordinaria entre la animación 2D y el 3D, una acertada decisión artística y un bello diseño de personaje, la obra nos deja plasmado con un rejunte empalaga con un rejunte de colores y sabores para darnos una sensación cinematográfica entre lo nostálgico  y lo terrorífico.

Sin lucirse, con un final apresurado y abierto, Vazquez no deja indiferente a nadie. Una película apta para los fanáticos del horror y lo bélico. Y una razón más para disfrutar de un cine que trasciende las pantalla grande.

 

Puntaje: 8

Iván Portillo

Periodista especializado en animación. Editor en Bubbleblabbee Español. Colabora en medios como Industria Animación e Indie Hoy.

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