Crítica: Scott Pilgrim da el salto, y su doblaje latino

Lejos de limitarse a ser una mera adaptación del cómic, el anime de Scott Pilgrim aporta una trama completamente nueva a las gestas del vencedor de exes.

Estrenada el 17 de noviembre de este año en la plataforma Netflix, Scott Pilgrim da el salto (Scott Pilgrim takes off) es una serie animada para adultos, de acción y comedia, creada Bryan Lee O’Malley, producida por el estudio japonés Science Saru, en colaboración con la productora estadounidense de Mark Platt.

Sinopsis: El joven venteañero desempleado Scott Pilgrim deberá enfrentarse en combate a muerte contra los siete exnovios malvados de Ramona Flowers, la chica de sus sueños, para poder salir con ella.

Sí, la sinopsis es la básica para cualquier versión de Scott Pilgrim: entre los que conozcan el cómic o la película es como recitarse el plot de “Caperucita Roja”. Y al igual que con los cuentos tradicionales, lo sorprendente es ver cómo a partir de esa fórmula básica las diversas recreaciones pueden llegar a los más insólitos resultados.

 

Primero un poco de Historia:

Scott Pilgrim es una serie de historietas (o novelas gráficas) canadiense, escrita y dibujada por Bryan Lee O’Malley, publicada en seis volúmenes de 2004 a 2010. En ese mismo 2010 se estrenó la adaptación a largometraje live-action, Scott Pilgrim vs. the world (cuyo título hispanoamericano es más largo), escrita y dirigida por Edgar Wright, con mucha intervención de O’Malley. Procurando sintetizar todo el cómic en dos horas, inevitablemente el guion fílmico debió apresurar y suprimir varios sucesos… además de tratar de adivinar todo el Vol. 6, que todavía no se había publicado durante la producción de la película.
Trece años después, se estrena esta serie animada (con Wright sólo con productor ejecutivo) de la cual los fans esperaban una adaptación más fiel al producto original, ya que eso parecía ser en el material publicitario. ¿Cumplió con tales espectativas? Pues… no, para nada. Pero eso no es necesariamente un defecto.

 

Sobre el guion:

Acá no revelaremos la sorpresa que hace diferente a esta tercera exégesis de Scott Pilgrim… aunque ya está spoileado en el segundo párrafo de su página en Wikipedia (obvio). La cuestión es que con un cambio súbito en un evento canon de la historia, los sucesos toman un rumbo completamente ajeno. Este nuevo rumbo es desopilante, nos conduce hacia los peligrosos parajes de la metaficción.

En este nuevo guion de O’Malley y BenDavid Grabinski, los personajes de Scott Pilgrim protagonizan y problematizan el mismísimo concepto de ser figuras ficticias, de estar participando de una historia ficticia que pasa por varias versiones y adaptaciones (cine, documental, teatro musical…) ¡pero sin ser conscientes de ello! La complejidad y al mismo tiempo la payasada de todo eso refleja un proceso de profundización de la franquicia a lo largo de los años.

Estas novedosas aventuras, sin embargo, parecen requerir el sacrificio de algo quizá demasiado importante. La relación entre Scott y Ramona, la pareja principal, es llevada a un número muy acotado de interacciones; lo cual no permite apreciar genuinamente el amor que (según lo insiste la trama) se tienen. Detalle que no opaca los atributos positivos antes mencionados, pero sí puede echarse de menos.

 

Sobre la animación y la música:

Pasando a los aspectos audiovisuales, esta obra refleja el talento y esfuerzo de artistas que respetaron religiosamente el estilo de dibujo de O’Malley y el estilo musical de la película de Wright. Y eso a la vez es expandido hacia las infinitas posibilidades que el medio de la animación permite (con el presupuesto digno) en el tan especial y frecuentemente psicodélico mundo del estudio japonés Science Saru (notable por sus obras dirigidas por Masaaki Yuasa). Además del soundtrack compuesto por los estadounidenses Joseph Trapanese y Anamanaguchi, se oye una amplia diversidad de canciones de distintos intérpretes, contando japonese. Estas canciones pueden apreciarse en el opening, los endings, y en varias escenas contemplativas a lo largo de la serie.

En la mezcla de todos los factores mencionados, vale la pena reconocer la supervisión del director de la serie, el español Abel Góngora. El producto alcanzado es de un nivel que a más de un fan del animación considerará cinematográfico.

 

Sobre el doblaje latino:

Así como la versión en inglés reunió al elenco de la película live-action, en el doblaje hispanoamericano se reunieron casi todas las voces mexicanas de la película (con contadas excepciones, muy bien disimuladas). Es un doblaje de colaboración Argentina-México del estudio Media Access Company, ya que la dirección (Alejandro Bono), traducción (Damián López) y adaptación y dirección musical (Sandra Brizuela y Gustavo Barasch) se hizo desde Buenos Aires, además de las voces adicionales de personajes episódicos.

El elenco mexicano es amplio, y los principales personajes están interpretados por actores de notable trayectoria.

Empezando por la heroína principal, Ramona Flowers vuelve a ser interpretada por Karla Falcón, quien entre muchos otros personajes animados destacara como Katie Mitchell en La familia Mitchell vs. las máquinas, o Jinx en la franquicia de League of Legends, por mencionar un par. Así Ramona se une a los mejores protagónicos animados doblados por esta gran actriz.

Scott Pilgrim vuelve a ser doblado por Moisés Mora, voz de Rigby en Un show más, Blu en Río, y ¡ah! también estuvo en La familia Mitchell vs. las másquinas como Aaron Mitchell. Mientras que el Scott del live-action (Michael Cera) mantenía una actitud cabizbaja y apocada, el del anime se aproxima más a la personalidad de su versión impresa, más alegre y de expresiones más exageradas. En ambos casos Mora prestó su voz acorde a lo que el personaje requería, demostrando su versatilidad. En la serie aparece una versión más vieja del personaje, que en ambos idiomas la interpreta otro actor, en el doblaje es el argentino Matías Carossia. No quedó mal, pero (y perdón si me paso de subjetivo) me deja con curiosidad de cómo lo hubiera hecho Moisés Mora.

Vale mencionar dos de las voces en las que se puede notar el paso de los años entre el doblaje de la película y el de la serie: En primer lugar, Gaby Ugarte ya no tiene ese timbre de voz acorde a la adolescencia de Knives Chau; y es un personaje cuya edad es un rasgo relevante. Con eso dicho, la actuación de Ugarte es muy agradable. El segundo caso a destacar es Alejandro Orozco, con una voz más grave y adulta que en la película, pero en este caso el cambio le queda perfecto al personaje del sarcástico Wallace Wells; y la actuación de Orozco tiene un entrañable carisma. Buen momento para recordar que este mismo año Orozco interpretó al personaje principal de Fired on Mars, otra digna serie animada para adultos, disponible en HBO Max (sé que no viene mucho al caso, pero tengo que aprovechar cada chance de mencionarla, ¡esa serie tuvo nula publicidad!).

Podría explayarme largo y tendido con el resto del elenco, y es que todos realizaron un gran trabajo: Paulina Soto Oliver (Julie Powers), Lalo Garza (Gideon Graves), Héctor Moreno (Todd Ingram), Óscar Flores (Stephen Stills), Mayra Arellano (Kim Pines), Jaime A. Camilo (Young Neil), Luis F. Orozco (Mattew Patel), Fernanda Robles Patiño (Roxie Richter), Circe Luna (Envy Adams); todos ellos retomando sus personajes de la película. A Lucas Lee (que en inglés tiene la voz de Chris Evans) ahora lo dobla Pepe Toño Macías, usual doblador Evans. Enrique Cervantes con esa voz rasposa anunciando títulos y nombres es genial.

 

Puntaje: 10/10

Martin D. Herrera Morris

Editor en Bubbleblabber Español. Colaboró en medios como Charmeleon Shiny Oficial y Naranjita Cine.

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